Esclavos del Pensamiento
¿Se lava usted las manos más de seis veces por día, o emplea un tiempo excesivo para bañarse o cepillarse los dientes? ¿Siente la necesidad de que los objetos en su casa guarden un orden determinado? ¿Se ve obligado a chequear en forma repetida si llaves de gas, cerraduras o ventanas han quedado bien cerradas? ¿Guarda montones de cosas inútiles “por si alguna vez me sirven”? ¿Se imponen en su pensamiento ideas o imágenes absurdas, aun en contra de su voluntad?
El Trastorno Obsesivo Compulsivo se caracteriza por las obsesiones, que son pensamientos o imágenes, absurdos, negativos, repetitivos y persistentes. La persona los vive como invasivos, e intenta rechazarlos, pero esto le resulta muy difícil de lograr. Los temas más frecuentes son el temor a los gérmenes (al contagio, a la suciedad), el temor de hacer daño a algún ser querido o a sí mismo, de causar un accidente, ideas perturbadoras acerca de la sexualidad o la religiosidad, dudas repetitivas sobre diversos temas, etc.
“No podía tocar ningún picaporte fuera de mi casa, por temor al contagio. Cuando por accidente rozaba o creía haber rozado alguno, tenía que lavarme las manos durante varios minutos, para asegurarme que no quedara ningún germen en mi piel.”
Las compulsiones son actos o pensamientos que el individuo se ve obligado a realizar una y otra vez, para calmar sus obsesiones. Pueden ser mentales o motoras. Las primeras implican una urgencia irresistible de llevar a cabo un acto mental, como por ejemplo repetir una y otra vez determinada frase. Las motoras, la necesidad inmediata de llevar a cabo cierta secuencia conductual como, por ejemplo, tocar determinado número de veces algún objeto. Cumplen la función de aliviar la ansiedad provocada por determinada obsesión, o de “prevenir” (pensamiento mágico) que ocurra una desgracia. Las más frecuentes son las de verificación, lavado, repetir o repasar.
“Al principio tenía que asegurarme, antes de ir a dormir, de que las puertas y ventanas estuvieran cerradas, aún cuando yo mismo las había cerrado. Luego se agregó la llave de paso del gas. Con el tiempo, debía salir de la cama para verificar. Actualmente me levanto cinco o seis veces antes de poder dormirme.”
“Un día iba manejando mi auto y, por un ruido que escuché, pensé que podría haber atropellado a alguien sin darme cuenta. Me detuve a mirar y comprobé que nada había pasado. Desde entonces ya no pude manejar sin que me asaltara esa duda, y la angustia consecuente. Comencé a volver sobre mi recorrido, cada vez, para comprobar que nada hubiera sucedido. Hasta que finalmente dejé de manejar.”
A veces las compulsiones son más complejas y elaboradas: caminar sin tocar los bordes de las baldosas, acomodar los objetos en forma simétrica, etc. A este tipo de acciones lo denominamos ritual. Los rituales pueden consumir mucho tiempo hasta que el individuo pueda sentirse más tranquilo y continuar con su actividad normal. Esto suele generar problemas de puntualidad y de cumplimiento de las cuestiones cotidianas. Surgen entonces las conductas evitativas:
“Tuve que dejar de estudiar porque no lograba llegar en horario a las clases”
“No puedo utilizar un baño que no sea el de casa, así que opté por salir lo menos posible”
Se instala una progresiva dificultad en el cumplimiento de determinadas obligaciones o responsabilidades. Suele producirse el abandono de estudios o trabajos, con las dificultades para progresar que eso conlleva.
¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo?
Es una enfermedad real, con componentes hereditarios, que se origina en una desregulación de ciertos circuitos neuroquímicos. Su curso tiende a ser crónico, con fluctuaciones en la intensidad de los síntomas. Comienza en la adolescencia o en los primeros años de la vida adulta. También es frecuente su inicio en la infancia. Afecta a un 2,5% de la población. Sin embargo, quienes lo sufren suelen disimularlo y evitan la consulta profesional por mucho tiempo, en general, hasta que la situación “no da para más”. Esto impide que reciban la ayuda adecuada e inicien el camino de la recuperación, que, con el tratamiento específico, tienen amplias posibilidades de comenzar a transitar.
¿Existe algún tratamiento efectivo? ¿Qué puedo hacer para sentirme mejor?
Lo primero que se debe hacer es reconocer que lo que le está ocurriendo no es “un modo de ser” sino una patología. Si las obsesiones y compulsiones se vuelven muy frecuentes, provocando un deterioro significativo en la calidad de vida, sin lugar a dudas podemos afirmar que estamos frente a una enfermedad y no frente a un tipo de carácter.
Luego debe consultarse a un especialista con experiencia en este tipo de casos. El Trastorno Obsesivo Compulsivo responde a tratamientos específicos que, por lo general, constan de medicación y terapia cognitivo conductual (específicamente, métodos de Exposición con Prevención de Respuesta). La tasa de recuperación es elevada, si bien el grado de la misma depende de cada caso en particular. Llamamos recuperación a la vuelta progresiva a una actividad cotidiana y desarrollo socio laboral normal.
Adicciones Comportamentales
Se llama así a una serie de trastornos, más o menos relacionados al Trastorno Obsesivo Compulsivo, vinculados a actividades humanas diversas, a menudo placenteras, no relacionadas con la ingestión de sustancias químicas.
En este tipo de problemática los individuos se ven compelidos a efectuar determinados tipos de actos, tales como jugar por dinero, hacer compras, permanecer frente a la computadora u otros dispositivos (tablets, teléfonos celulares) online todo el tiempo, y algunas otras, como mencionaremos más adelante…