¿Conoce a alguien que lo esté padeciendo?
El temor de emprender un viaje en avión es muy común. Las estadísticas muestran que el 11% de la población tiene fobia a volar.
Encontramos aquellos a los que dicha perspectiva les produce una ligera inquietud, que normalmente se disipa luego del despegue (diversas encuestas encontraron que sólo un 5% de quienes vuelan lo hacen sin ningún tipo de temor o inquietud). En otros la preocupación es mayor, y suelen ayudarse con factores externos, tales como la presencia de un acompañante, o en muchos casos el consumo de medicamentos ansiolíticos antes de salir para el aeropuerto, con eventual refuerzo antes de embarcar. Por último, están aquellos que presentan un temor de tal intensidad que anula por completo la posibilidad de un viaje de este tipo.
“Tengo que viajar por causa de mi trabajo. Mi nuevo cargo ha significado un progreso para mí. Pero ahora va a ser necesario que viaje al exterior con frecuencia. ¡Qué hago? No puedo negarme, pero la idea de volar me resulta absolutamente intolerable“
Como vemos, las limitaciones y dificultades que genera este trastorno pueden afectar diferentes áreas en la vida de una persona. Muchas veces, el viaje en avión aparece como una necesidad, ya sea por obligación laboral, o por demandas de la dinámica familiar. Hay un grupo de personas en las que la fobia a volar está presente, pero al no presentar habitualmente la necesidad de viajar por dicha vía, podemos decir que el problema no genera deterioro en su calidad de vida. Claro que siempre está latente la posibilidad de que el momento llegue…
¿Quiénes padecen este problema? ¿Por qué ocurre?
Los caminos para llegar al temor a volar son diversos:
Una persona con una vida normal, sin otros problemas en su vida anímica o social en general. Sólo presenta un miedo desproporcionado a volar. La sola idea puede generarle un estado de ansiedad con síntomas como palpitaciones, inquietud, desesperación, etc. En estos casos el diagnóstico suele ser el de Fobia Simple o Específica.
El origen puede estar relacionado con haber vivido alguna situación de peligro real durante un vuelo, o bien haberse sentido fuertemente impresionado por la noticia o el relato directo de otra persona.
También puede ocurrir en quien ha sido testigo de un accidente o situación de peligro sufrida por una aeronave. Otro caso frecuente es el de aquellos que sufren de Claustrofobia, o temor a los espacios cerrados.
Estas personas sienten gran desesperación al encontrarse en recintos cerrados: ascensores, salas pequeñas, aviones. Personas que padecen de Trastorno de Pánico con Agorafobia, que es un trastorno en el cual la persona teme la posibilidad de padecer una crisis de pánico dentro del avión, durante el vuelo, y lo que les resulta intolerable es la idea de que no podrá bajar de inmediato para obtener alivio o ayuda.
Por último encontramos a aquellos que sufren de Trastorno de Ansiedad Generalizada. En este trastorno las personas se preocupan en forma desmedida, siempre piensan que lo peor está por ocurrir en cualquier momento. Hay una sobre-estimación de la probabilidad de que ocurran eventos negativos. Como resultará fácil de entender, el temor a volar se presenta entonces con frecuencia e intensidad.
¿Es posible superarlo?
La respuesta es sí. Y en la mayoría de los casos el tratamiento es sencillo y de corta duración. Todos estos casos suelen responder muy bien a los tratamientos correctos y específicos. El mayor obstáculo suele ser que la persona que lo padece no confíe en esta posibilidad y no acceda al tratamiento, ya que casi siempre les parece inalcanzable la posibilidad de viajar con tranquilidad, “como todo el mundo”.
Tratamiento de la Aerofobia: “Venciendo el Miedo a Volar”
Dirigido a aquellas personas que evitan volar, que experimentan un intenso grado de ansiedad al hacerlo, o sufren una gran angustia y temor cuando un ser querido tiene que viajar en avión.
El miedo a volar puede superarse.
La instrumentación del tratamiento específico es exitosa en la gran mayoría de los casos, y en plazos breves, habitualmente ocho sesiones, individuales o grupales, son suficientes para vencer el miedo a volar
La terapia mas eficaz es la Terapia Cognitivo-Conductual.
Dr. Enzo Cascardo
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