El síndrome de Burnout, también conocido como “síndrome del trabajador quemado” o “síndrome del desgaste profesional”, fue descripto por primera vez en 1969 para referirse al comportamiento que presentaban oficiales de policía que trabajaban con delincuentes.
Más tarde, en 1970, H. Freudenberger aplicó este término a la psicología laboral. Se caracteriza por altos niveles de agotamiento emocional, despersonalización en muchos casos y una baja realización personal.
Surge cuando fracasan los mecanismos de adaptación ante situaciones de un estrés laboral sostenido. Los síntomas son similares al estrés laboral; sin embargo, en el Burnout se presentan de forma más intensa.
Cambios en el estado de ánimo: irritabilidad, intolerancia, permanente insatisfacción, queja constante, desmotivación.
Agotamiento mental
Falta de atención a necesidades de salud
Descuido en la alimentación, relaciones interpersonales, familiares
Abandono de actividades recreativas por falta de energía
Menor rendimiento laboral por falta de concentración y fallas en la memoria
Afecciones psicosomáticas como cefaleas, gastritis, contracturas musculares, etc.
Trastornos del sueño
Síntomas de ansiedad
En estos tiempos de pandemia, se puede observar mayormente en los trabajadores de la Salud, así como también en personas que, aún trabajando remoto, se ven más exigidas.
Tienen mayores demandas laborales (en ocasiones desmedidas y fuera de horario laboral) que no dejan de cumplir por miedo al desempleo, a las que se suman demandas domésticas, familiares, escolares, y todo “full time”.En el caso de los profesionales de la Salud, se ven exhaustos por el trabajo contínuo e intenso, y en muchos casos la necesidad de trabajar en más de un lugar para llegar a fin de mes.
Son profesionales altamente calificados con sueldos increíblemente bajos. Si a esto le sumamos el miedo a contagiar a seres queridos, el Burnout como mínimo es esperable, al cual se le pueden sumar otras patologías como trastornos de ansiedad o depresión si no se realiza una consulta a tiempo. Si no hay Salud Mental, no hay Salud, sin duda. Es importante poder estar atentos a los síntomas.
Lic. Laura Chouza