¿Te soles sentir enojado, triste, ansioso, desesperanzado? Muchas veces son los estados emocionales los que nos dan la pista de que algo está pasando, de que algo anda mal. Esto tiene que ver con nuestro modo de percibir el mundo. Es decir, no tiene que ver con la “realidad” entendida como una variable “objetiva” sino con la lectura que hacemos de esa realidad.
Los pensamientos provocan distintos estados emocionales que a su vez se traducen en diversas conductas. Es por eso que resulta sumamente importante evaluar si ese modo de percibir/interpretar la realidad nos está causando dificultades personales en el ámbito laboral, familiar, de pareja o académico. El pensamiento tipo “debería”, la tendencia a seleccionar o ponderar solo los aspectos negativos de una situación, el pensamiento catastrófico o el pensamiento polarizado (“blanco o negro”) son algunas de las distorsiones cognitivas más habituales. Esto se puede trabajar en un espacio psicoterapéutico para generar mayor flexibilidad cognitiva.
Por lo general se trata de estilos de pensamiento disfuncionales arraigados muy tempranamente en nuestras vidas y es por ello que tienden a quedar naturalizados: “yo soy así”. Como sabemos, toda conducta aprendida es factible de ser modificada. Identificar distorsiones cognitivas, cuestionarlas y buscar alternativas de pensamiento resulta fundamental para comenzar a vivir mejor.
¡Si pensás que algo de esto podría estar pasándote no dudes en consultarnos!

Lic. Romina Scorcelli
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