Mientras tanto sigo evitando…

  • Viajar en colectivo, tren, subte, auto, avión
  • Estar lejos de casa
  • Comer en lugares públicos
  • Permanecer de pie en una fila
  • Trabajar mientras me observan
  • Quedarme solo en casa
  • Hablar por teléfono en presencia de otras personas
  • Manejar
  • Hacer un examen
  • Mirar a los ojos a alguien que no conozco demasiado
  • Devolver una compra en un negocio
  • Ir a teatros, cines, supermercados, shoppings
  • Tomar ascensores
  • Realizarme estudios médicos

Estas son algunas de las situaciones que las personas con trastorno de ansiedad valoran como amenazantes y evitan por miedo a experimentar consecuencias negativas.

La evitación es una conducta ineficaz para combatir la ansiedad ya que, contribuye a que el trastorno persista impidiendo la oportunidad de desmentir o cuestionar aquellas interpretaciones distorsionadas o erróneas sobre las diferentes situaciones que las personas con ansiedad excesiva valoran como “amenazantes”. Sólo nos garantiza una sensación relativa de seguridad a corto plazo y funciona como un factor de mantenimiento y reforzador de los síntomas ansiosos.

El alivio subjetivo experimentado con la evitación permite que esta conducta se vea reforzada y vuelva a realizarse en situaciones similares, así de a poco, las personas comienzan a evitar cada vez más y a sentirse cada vez peor, abriendo paso a emociones negativas.

A través de la psicoterapia cognitiva conductual los psicólogos ayudamos a que los pacientes reconozcan los efectos perjudiciales que tiene la evitación y puedan sustituir esta conducta de manera gradual por estrategias de afrontamiento adaptativas. De esta manera, quienes padecen la ansiedad, logran hacerle frente de una manera funcional.

Lic. Belén Díaz Granzella

www.centroima.com.ar

lic.belendiazgranzella@gmail.com